Armando Cabada y la necesidad de armar circos mediáticos
El día de ayer, medios locales publicaron una nota sobre la visita del alcalde de Juárez, Armando Cabada, a una mujer enferma que como regalo de cumpleaños pidió conocerlo a él y a su esposa. Al final, el alcalde terminó ayudando a la mujer que padece cirrosis, hepatitis y “posiblemente cáncer de ovario” con una despensa, la promesa de ayudarla a buscar a su padre perdido y hasta la posibilidad de hacerse con una casa propia. Historia digna de una película.
Bienaventurados los que piden, porque Armando Cabada, encarnación de la divina providencia, escuchará sus plegarias.
Pero no se confunda, estimado lector, nosotros no creemos que la historia de Marisol Ávila sea falsa o que no quisiera conocer al alcalde. Criticamos la necesidad de armar un circo mediático alrededor de esto.
También estamos conscientes de que ayer fue un día lento en cuanto a información local en Ciudad Juárez y había que llenar con algo.
Si seguimos con las referencias bíblicas, el presidente municipal no se apega a que su mano izquierda no sepa lo que hace la derecha. Al contrario, siempre que puede ponerse ante las cámaras, y ser el centro de atención, lo hace. Si tiene que empujar un carro varado, lo empuja; si tiene que ponerle Dragon Ball a los chavos en la Plaza de la X, lo pone; si tiene Covid, hace el anuncio con todo y música melodramática.
Total, el chiste es que lo vean y hablen de él. Si hay que ponerle el emblema de su gobierno a los camiones de basura y a cualquier equipamiento urbano, se le pone. Convirtió el término independiente en su sello personal y lo usa hasta para identificar al Gobierno municipal actual. ¿Qué pensaría usted si Teto, Elizondo o cualquier otro alcalde pasado de la ciudad hubiera puesto “Juárez priista / panista” al eslogan del Gobierno municipal? ¿Seguiría sintiéndose cómodo?
Porque no hay que obviar una cosa, la experiencia en los medios del alcalde le dieron mucha ventaja a la hora de desarrollar su estrategia de mercadotecnia. Nada más es cuestión de ir a ver los debates rumbo a las dos elecciones en las que compitió y ver como cerraba sus participaciones con la misma frase. Bombardear con el mensaje hasta que el votante se lo aprenda.
Hay que reconocer que le funcionó. El alcalde sabe cómo lavar cerebros.
El único problema es que toda esa experiencia para posicionar mensajes no la supo aplicar para dar resultados como gobernante. No en balde el movimiento que quiere revocarle el mandato sigue creciendo. ¿Será Armando Cabada el primer alcalde en ser destituido por voluntad popular? El tiempo lo dirá.
Mientras, estas notitas donde el alcalde es bueno y salva a los juarenses las va a seguir viendo, de aquí a que se destape para la gubernatura.