Lo que no sabías del “monumento al cigarro”
La historia de este monumento, ubicado en Norzagaray y Arroyo de las Víboras, comenzó en junio de 1997
Casi todos los habitantes de esta frontera lo conocen. Y no, no es un “monumento al cigarro”, como la mayoría de los juarenses lo llama, sino una figura que oficialmente se llama “El Nuevo Ciudadano”. Este monumento lleva alrededor de 27 años en el norponiente de la ciudad, a pocos metros de la línea fronteriza con Estados Unidos.
La historia de este monumento, ubicado en Norzagaray y Arroyo de las Víboras, comenzó en junio de 1997, cuando un grupo social llamado Progreso lo creó con el objetivo de promover el desarrollo de la ciudad, aunque la mayoría cree que fomenta el tabaquismo. Se sabe que el arquitecto responsable fue José Luis Rodríguez.
Antes estaba todo pintado de amarillo, pero para evitar el grafitti, pintaron la parte inferior de color blanco (porque las autoridades increíblemente no tenían otro color y así se quedó), con lo que se asemeja un cigarro, pero con los colores invertidos.
A lo largo de su historia, se ha propuesto derrumbarlo debido a la mala imagen que proyecta, pero la iniciativa no ha avanzado. La estructura mide 64 metros de altura y también cumple una función de sistema de control de agua pluvial, que desemboca en el río Bravo.