Lo que hace especial este punto de venta es su cercanía con el bordo y el muro que divide la frontera entre Estados Unidos y México
En el cruce del Boulevard Independencia y el Boulevard Juan Pablo II se encuentra Guillermo, quien durante casi una década se ha dedicado a vender deliciosos burritos y jugos naturales en este peculiar punto de venta.
Para Guillermo, su rutina diaria es intensa. A las 7 de la mañana, llega puntual a su puesto, donde hasta el mediodía atiende a sus clientes, ofreciendo sus burritos y jugos naturales. Sin embargo, su jornada no termina ahí, ya que después comienza su turno en una maquiladora, donde trabaja otras ocho horas, llegando a casa alrededor de la 1 de la madrugada.
Lo que hace especial este punto de venta es su cercanía con el bordo y el muro que divide la frontera entre Estados Unidos y México. Aunque el lugar es inusual, Guillermo asegura que sus ventas son buenas, ya que los conductores que pasan diariamente lo reconocen y se detienen para comprar.
Guillermo también comparte la cantidad de accidentes viales que ha presenciado en esta concurrida carretera, especialmente en horas pico.
“He visto todo tipo de choques. Incluso hay mañanas en las que llego y encuentro pedazos de autos que chocaron cerca de nuestro punto de venta”, comenta.
A pesar de las dificultades, para Guillermo es gratificante trabajar vendiendo sus burritos. Está decidido a seguir haciéndolo mientras pueda, ya que gracias a sus dos empleos logra mantener a su familia, asegurándose de que no les falte nada.