Activista salva a husky tras negligencia de refugio municipal
Perrito sobrevive dos semanas encadenado sin agua ni comida en una finca abandonada
Luego de dos semanas de estar encadenado, sin comida y sin agua en una tapia de la calle Melquiades Alanís, en Ciudad Juárez, un perro husky fue rescatado por el activista Oswaldo Robledo, quien es representante de la alianza animalista Un Millón de Esperanzas.
El caso de maltrato animal se puso al descubierto cuando una vecina de la calle Alanís denunció públicamente que el perro fue dejado encadenado adentro de la propiedad en ruinas, donde no se podía mover libremente y carecía de alimentos y agua.
De acuerdo con Robledo, el caso fue denunciado a la Dirección de Atención y Bienestar Animal (DABA), sin embargo, luego de transcurrir dos semanas sin alguna respuesta positiva, los vecinos lo contactaron para que interviniera, por lo que este jueves 20 de febrero acudió a la casa abandonada y se encontró con el caso de crueldad animal.
“Llegué al domicilio y empecé a checar, lamentablemente el perro se encontraba encadenado del cuello y había otro tipo de cadena amarrada del cuello a una patita, y el perro pues sufría de dolor y estaba agresivo”, explicó el activista.
A QUIEN CORRESPONDA
En la puerta de la vivienda que evidentemente tenía tiempo abandonada, ya que no había vidrios y estaba llena de basura y material de construcción, la DABA dejó el 14 de febrero un citatorio “a quien corresponda”, para que se presentara tres días después de la visita del inspector Jonathan Meraz, en la oficina de Bienestar Animal.
“Es lo triste, hay denuncias de crueldad, de maltrato, de abandono en casas y van y dejan un citatorio… ¿ese citatorio para qué es?.. para que se presente el dueño o el propietario, pero qué triste es que algunas veces van y dejan los citatorios en unas tapias que yo creo al dueño no le importa la tapia y mucho menos el perro. Nunca va a ir”, explicó enojado Oswaldo.
La reja de la propiedad estaba cerrada con una cadena y un candado viejo, por lo que no se podía ingresar a la tapia y eso limitaba el rescate del perro, al cual una mujer de la tercera edad llevaba agua y croquetas para que comiera algo mientras las autoridades lograban intervenir.
AUTORIDAD SIN AUTORIDAD
Previo al rescate, el activista compartió en sus redes sociales su enojo ante la lenta respuesta de las autoridades para salvar la vida del perro, por lo que anunció que acudiría al domicilio marcado con el numeral 5229 para rescatar al animal por sí misma.
“En cuanto yo hago esa publicación, me manda mensaje un inspector de ahí de DABA, donde me dice: si gusta pongamos usted horario para vernos en el lugar, pero usted va ingresar a sacar al perro y nos lo da. O sea ¿por qué voy a hacer yo su trabajo?”, reclamó Oswaldo, quien además condenó que las autoridades no tengan la capacidad para actuar ante un caso de evidente maltrato hacia un ser vivo.
El pasado jueves 20 de febrero, Oswaldo llegó a la casa y entró por el can para poderlo poner a disposición de la rescatista Ana Félix, quien le buscaría un hogar.
“Yo sí decidí trozar la cadena con la que estaba atado el perro. Lo único que quiero es que dejan intervenir al instante para poder actuar, porque los perritos pueden encontrar la muerte antes de que llegue un oficio, una orden de cateo”, dijo para finalizar.
