La historia de Panchito: No se rinde a pesar de los retos y adversidades

Panchito hoy en día sigue de pie, enfrentando la vida, con la guardia en alto y conservando la misma fe que siempre ha tenido

“Mi nombre es Francisco Méndez, tengo 63 años, y una vida llena de dificultades. Desde muy niño la vida ha pegado duro, cuando era chico, mi papá nos abandonó para irse a Estados Unidos, donde formó otra familia. Yo me enteré donde vivía, así que fui a buscarlo, viaje como pude hasta California, llegando allá, no sabía cómo localizarlo, pues no conocía las calles, así que me puse a trabajar para poder comer, ya que no tenía compañía ni apoyo de nadie. Comencé a trabajar en un cultivo de tomates, donde me pagaban 1 dólar por cada canasta que llenara, por día ganaba casi 70 dólares, no salía a comer con tal de llenar las canastas de tomate y poder conseguir más dinero, así podía mandarle dinero a mi madre, que seguía aquí en Ciudad Juárez.

Unos meses después, por fin encontré a mi padre, con su nueva familia, el sorprendido me preguntó que hacía ahí, yo le dije que lo estaba buscando, viví un tiempo con el, pero nada fue igual, yo no me sentía en familia. Decidí regresarme a mi Juaritos, aquí comencé a trabajar para el municipio, limpiando parques y calles, dure 2 años, pero por un accidente que ocurrió, el trabajo ser terminó. Mi única opción era trabajar en la obra, ya que no contaba con estudios. Aquí dure un buen rato, hasta que pasó una desgracia. Un día normal como todos, estaba trabajando cuando de repente me entero en el ojo una rebaba de metal, yo solo traté de limpiarme y seguí trabajando, sin pensar que era realmente algo grave. Poco después, mi ojo llegó a una infección tan grande que tuvieron que quitármelo, infracción que estaba corriendo ya a mi otro ojo, por poco me quedó ciego.

Hace unos cuantos años mi madre murió de un derrame cerebral, ya estaba grande, pero hasta la fecha la extraño mucho. También me enteré que mi padre murió. Mis hijos viven en Estados Unidos, casi no los veo, y mi ex esposa, murió en un accidente automovilístico con su novio con el que me fue infiel.

Hoy en día mi vida sigue siendo difícil, pero no me rajo, sigo adelante, buscando empleo y tratando de llevarme un bocado a la boca. Si yo pudiera recomendarle algo a la juventud de hoy, sería que sigan con sus estudios, que terminen la escuela y trabajen duro, para que no pasen lo mismo que yo pasé” finaliza Francisco para Juárez Digital.

La historia de Panchito expone lo difícil que la vida puede llegar a ser, pero también cómo la resiliencia es clave para seguir adelante, no rendirse y tener fe en que todo mejorará. Panchito hoy en día sigue de pie, enfrentando la vida, con la guardia en alto y conservando la misma fe que siempre ha tenido.