
El corazón de Jonathan Matías nos necesita
Bebé de 9 meses necesita cirugía cuyo costo es superior a un millón de pesos, por lo que organizan kermés y piden ayuda de la comunidad
Jonathan Matías Carrasco Ramos tiene nueve meses de edad y presenta una cardiopatía congénita que hace necesario someterlo a una cirugía a corazón abierto antes de que cumpla un año de nacido.
Al momento de su nacimiento, no hubo indicios de que presentara alguna enfermedad, pero a los 45 días empezó con fiebre, gripa y problemas constantes en los bronquios, dijo Elizabeth Ramos Camacho, mamá de Jonathan.
Después de varios estudios, el pasado 24 de marzo la familia recibió diagnóstico. Se trata de un defecto septal ventricular y una afección en el conducto arterioso que están poniendo en riesgo la vida de Jonathan. Además, fue diagnosticado con síndrome de Down.

El defecto septal ventricular es una afección cardíaca que se caracteriza por un orificio en la pared o tabique, que separa los ventrículos del corazón y permite que la sangre pase desde el lado izquierdo al lado derecho del corazón. La sangre oxigenada se bombea de regreso a los pulmones, en lugar de pasar al cuerpo, lo que causa estrés en el corazón. Un pequeño defecto del tabique ventricular generalmente no es problemático ya que, a menudo se cierra por sí mismo.
“Él no tiene la división en medio del corazón, él necesita un parche en medio de su corazón. Es una cirugía a corazón abierto y me dice el doctor que ese es un parche de casi 9 centímetros que requiere el niño en esa pared. Más aparte un cierre pulmonar porque toda la sangre se esta desviando de lado izquierdo al lado derecho y al lado derecho corre a los pulmones. Él en vez de traer un 100 por ciento (de funcionamiento) de sus pulmones trae un 65 por ciento”, explicó Elizabeth.
Llanto que enferma
La enfermedad ha cambiado la vida de los padres, hermanos, abuelos, tíos y de toda la familia, por los gastos y los cuidados que Jonathan Matías necesita.
El costo de la cirugía es superior a un millón de pesos; actualmente toma cinco medicamentos tres veces al día y a diario lo conectan unas horas a una máquina que le ayuda a respirar. Por prescripción médica debe estar tranquilo, evitar que se agite al llorar e incluso no salir del hogar.
Por el síndrome de Down tiene el hígado y los riñones grandes. A simple vista, se ve abultado su pecho. Actualmente pesa 5 kilos 300 gramos y mide 64 centímetros, no tiene masa muscular, el crecimiento ha sido mínimo y constantemente enferma porque sus defensas están bajas.

Estas ganas de llorar
“He tratado de no quebrarme, pero es muy difícil en el aspecto que te digan que un día tienes a tu hijo y al otro ya no, y ese es mi miedo, porque tanto lo he esperado, lo esperé mucho todo el embarazo… trato de no llorar por lo mismo, digo tengo que ser fuerte, tengo que mantenerme de pie por mi hijo, pero sí, la verdad yo quiero que alguien me escuche. Yo sé que hay casos, hay gente que es buena y yo sé que va a haber gente que nos va a apoyar”, expreso entre lágrimas Elizabeth.
Elizabeth y su esposo han buscado opciones médicas e incluso adquirieron una aseguranza médica, pues inicialmente una cardióloga les dijo que podían esperar a que el bebé cumpliera tres años de edad. Lo que resulto impreciso.

Atención médica negada
El matrimonio fue al Hospital Infantil de Especialidades, pero el personal les indicó que los trámites para que reciba atención tardarían unos ocho meses y le recordaron que Jonathan no tiene mucho tiempo. La única opción de tratamiento que ha encontrado la familia está en un hospital privado de Ciudad Juárez, donde les indicaron que se debe conformar un equipo quirúrgico de 20 a 25 personas, entre estos al menos dos cardiólogos y un anestesiólogo pediatra y traer una máquina especial.
La familia pide ayuda a la comunidad para que Jonathan pueda ser sometido a la cirugía, apoyo con aportaciones económicas, dándoles empleo y/o acudiendo a la kermés que se va a realizar el 17 de mayo de las 12:00 a las 7:00 de la tarde en el parque del DIF ubicado en la avenida Heroico Colegio Militar y calle Costa Rica.

Convirtamonos en el corazón que Jonathan necesita
“Que nos apoyen yendo a consumir, en serio es algo que nosotros necesitamos. Que se toquen el corazón los médicos, los cirujanos, los hospitales porque no me pondría a pedir, la verdad, si no lo necesitara, por mi hijo. Pero no me importa ahorita hasta andar en la calle pidiendo, todo sea por mi hijo, es pequeño. Uno que más quisiera, que a uno le pasaran las cosas de adulto, pero es una vida que todavía no crece, no experimenta, todavía no sabe ni caminar, que más quisiera yo, que anduviera caminando. Eso, que me ayuden para poder verlo caminar”, pidió.
La cirugía, que es muy complicada, no tiene fecha. La tendrá una vez que la familia reúna el dinero necesario.