Los milagros del amor de una madre

Los doctores le decían que era un milagro que estuviera vivo a esa edad, pero también era gracias a los cuidados que ella le daba

Hace unos días se celebró la graduación de 901 egresados de la Universidad Tecnológica de Ciudad Juárez, un evento muy emotivo para todos los asistentes, en especial para Alicia Ramírez, madre del joven Rafael Ramírez, quien falleció recientemente, por lo que le otorgaron a su madre un reconocimiento especial por la trayectoria de su hijo en el programa de Contabilidad.

Alicia comparte para Juárez Digital la emotiva historia de su hijo, Rafael. Explica que él nació enfermo del corazón, desde ese momento los doctores le explicaron que no lograría sobrevivir por mucho tiempo. Cuando tenía apenas un año y medio de edad, recibió atención médica en Monterrey.

Hace seis años fue atendido en Torreón, donde le hicieron con cateterismo para ver si le podían hacer otra cirugía, después de eso los médicos le explicaron que no se recomendaba realizar la segunda intervención quirúrgica porque no se preveía que pudiera sobrevivir. Comparte Alicia que Rafael siguió echándole ganas a la vida a pesar de su padre los dejó, por lo que Alicia ha tenido que cuidar completamente de su hijo.

Rafael tenía la meta de ser contador, por lo que quería continuar sus estudios y profesionalizarse en el campo, para esto, recibieron apoyo de las hermanas de Alicia, ya que Rafael no podía trabajar por su salud.

Alicia comparte que fueron pocas las veces que Rafael llegó a estar internado, y que los doctores le decían que era un milagro que estuviera vivo a esa edad, pero también era gracias a los cuidados que ella le daba.

Su madre agrega que Rafael estaba muy contento y motivado con su carrera de contador, ya había terminado sus prácticas profesionales, sin embargo, en diciembre del 2024 empeoró su salud, el 23 de diciembre lo dieron de alta, pero el 14 de enero de este año falleció y ya no pudo terminar su carrera.

Alicia comparte para Juárez Digital que: “Él cuando estaba internado le comentó a mi hijo grande que cuando falleciera lo cremáramos y sus cenizas las pusieran arriba de la chimenea y al lado de él le pusiera su peluche Charmander, que era su peluche favorito y eso fue lo que hicimos y así como él quería.”