"Empecé a pintar corazones como forma de procesar todo lo que no podía explicar con palabras. Descubrí que el corazón, más allá del cliché, es un símbolo poderoso", explica Ale para Juárez Digital
Ale Quezada es una artista visual juarense que ha encontrado en los hilos, texturas y los colores una forma de contar su historia y la de muchos más. A sus 47 años balancea su trabajo como diseñadora gráfica y encargada del área creativa en una cadena de supermercados, para seguir con pasión y crear piezas artesanales que transmitan emoción, humor y sinceridad.
Desde que era pequeña supo que tenía un don con sus manos, “me gustaba bordar, tejer, coser, dibujar, armar, cortar, pegar, muchas de las artes de mujeres y nunca dejé de hacerlo”, recuerda Ale de su infancia. La parte de crecer la llevó a creer por un tiempo que existían cosas más importantes que el arte, pero con el paso de los años, surgió nuevamente la necesidad de seguir creando arte como una forma de descubrimiento personal, sin pensar que esto le abriría las puertas al mundo laboral.
Durante su camino, que describe como lento y terco, logró formarse como diseñadora gráfica, trabajando durante años en publicidad, sin embargo, había algo que aún sentía le faltaba. Fue el lettering, una combinación de letras, ilustración y mensaje, lo que la llevó a poder expresarse. Gracias a ello, para el 2020, la revista australiana Typsim, la reconoció como una de las más importantes exponentes en esta disciplina.
Cabe destacar que a partir de sus Corazones Ilustrados, fue como su obra empezó a tomar un nuevo significado. “Empecé a pintar corazones como forma de procesar todo lo que no podía explicar con palabras. Descubrí que el corazón, más allá del cliché, es un símbolo poderoso. Empecé a intervenirlos con técnicas que amo: bordado, cerámica, pintura, papel maché, pintura, lo que fuera. Fue mi manera de decir: ´esto duele, pero mira qué bonito quedó´”, explica Ale.
Con cada pieza creada, bordada, pintada, tejida o creada en cerámica es como una bitácora de emociones en los que los corazones conmueven a quien logre apreciarlos por ello, es su finalidad, mover dentro de quien los vea. “A veces es ternura, a veces risa, a veces incomodidad. Todo eso está bien”.
“Nací en Juárez, soy el desierto, el calor brutal, el frío calador, la gente que no se rinde, la frontera como herida y como posibilidad. Juárez es una ciudad que resiste, que crea y cree a pesar de. Me choca que Juárez esté estigmatizada por situaciones tan negativas, por eso he enfocado mi obra en nombrar lo que se siente, porque es a través de esas emociones que se forjó el carácter de nuestra ciudad”, expresa sobre su sentir hacia la ciudad.
Además de su trayectoria, Ale desarrolla su obra artística de manera independiente, colaborando con empresas y proyectos internacionales gracias a las redes sociales, y llevando siempre las técnicas consideradas “menores” o “artesanales” como bordado, tejido o papel maché, con un toque de humor que mantiene a la par el dolor que a veces inspiran sus piezas.
“No hace falta entender el arte para sentirlo. Si ves un corazón y te mueve algo, ya estás dentro. Y si no, igual gracias por mirar”, comparte emocionada Ale para Juárez Digital.
