La artista que se reinventó con obras de cerámica

Gracias a la invitación de su amiga a un taller de cerámica impartido por el profesor Israel Gómez Mares, comenzó a explorar todo este mundo, a mantenerse en una sintonía de curiosidad, ir al cerro en busca de tierras para la elaboración de arcilla

Andrea de la Parra es una artista y emprendedora que realiza obras de cerámica que comparte parte de su proceso creativo en sus redes sociales. Es originaria de Durango, pero vivió casi diez años en la frontera en donde llegó a trabajar con arcilla completamente juarense. Ahora empieza un nuevo capítulo en su vida con su esposo.

Antes de dedicarse a la elaboración de piezas artesanales, Andrea vivió en Playa del Carmen, donde fue fotógrafa de bodas, al momento de llegar a Ciudad Juárez no logró despegar como ella creía, por la cuestión del modo de vida tan rápido que se vive, por lo que sí tuvo que adaptarse a este ritmo.

Fue entonces, gracias a la invitación de su amiga a un taller de cerámica impartido por el profesor Israel Gómez Mares, comenzó a explorar todo este mundo, a mantenerse en una sintonía de curiosidad, ir al cerro en busca de tierras para la elaboración de arcilla. “Yo iba ahí al taller, claro que aprendí muchas cosas en YouTube, pero le decía esta la traje de aquí, esta de allá, por lo que experimentamos con estos materiales, esto me ayudó a mí a acoplarme y encontrar algo que me apasionara”.

Esta experimentación con materiales tiene alrededor de tres años, sin embargo, cuenta con apenas seis meses desde que decidió emprender su propio negocio de creaciones de cerámica. “Para mí, todo es una experimentación de las diferentes tierras, todos tienen diferentes componentes químicos que funcionan diferente con el fuego, lo que transmito en mis creaciones es atreverse a dejar la incertidumbre y el miedo sobre un tema, no necesitas ser experto para adentrarte a un tema artístico”, comenta Andrea.

Andrea explica que las tierras de diferentes zonas pueden cambiar de color en el proceso de la cerámica por la cantidad de metales que estas tienen. Por ejemplo, en Ciudad Juárez la tierra roja se convierte en rosa, y en Durango, la tierra roja se convierte en amarilla.

Lo que comenzó como solo un hobbie, hoy en día es como es un emprendimiento, gracias a la dedicación, esfuerzo y a la demanda que ha ido incrementando gracias a la difusión que le da a sus creaciones. “Mi proceso creativo se ha ido enfocando a lo que me da más curiosidad, y voy aprendiendo para obtener resultados satisfactorios, tienes que aprender a tener mucha tolerancia a la frustración”.

Andrea estuvo alrededor de diez años en los que grababa videos, pero por la pena, no los subía. Su novio la alentó a que incursionara en este mundo digital. Fue como entonces después de realizar un viaje a Japón, se dio a la tarea de grabar estas experiencias y su contenido comenzó a despegar tras subirlo a las redes sociales.

“Los juarenses son bien chidas, Juárez es una ciudad de gente bien chambeadora, multicultural, pero sobre todo sencilla, están en su onda y si pueden ayudarte, te ayudan, sino no, pasa nada, hay una comunidad en el arte donde son muy compartidos y no existen envidias hasta cierto punto, la banda se apoya entre sí”, comenta Andrea sobre la comunidad juarense para Juárez Digital.