La familia Díaz y su afición por los Indios
Para Juan, esta comunidad es más que un grupo de aficionados, es una familia que se encargan de mantener el espíritu de aficionados unidos con un objetivo en común, y sobre todo de llevar esta tradición de generación en generación
La pasión por el béisbol no se hereda, se vive, y la familia de Juan Díaz Ornelas lo ha demostrado por más de dos décadas. Con 50 años de edad y una vida dedicada al comercio de venta de carne y chicharrón, Juan encontró en este deporte, y especialmente en la porra de los Hooligans, una segunda familia que lo ha acompañado desde el año 2012.
Todo comenzó en el antiguo estadio Juárez Vive, cuando entre las batallas por conseguir asientos conoció a Sergio Veloz, uno de los líderes de la porra. Desde entonces, él y su familia encontraron un lugar en las gradas, donde no solo se animaba al equipo, sino que también nacieron amistades y una hermandad que se ha mantenido hasta el día de hoy.
Juan, con 27 años de matrimonio y una relación que empezó desde la adolescencia, siempre compartió este amor por el béisbol con su esposa, quien ya tenía la afición desde pequeña. Hoy, sus hijos de 24, 19 y 15 años, siguen la tradición. Desde bebés fueron llevados al estadio y ahora son parte fundamental de esta tradición familiar, que consiste en apoyar al equipo cueste lo que cueste. “Si no los llevo, se enojan”.
“A mí en lo personal me gusta mucho el béisbol, mucha gente cercana a mí, me dicen que qué hago yo en un estadio, pero no entienden el sentimiento que se siente estar ahí, si se dieran la oportunidad de ir, creo que sabrían lo que se siente estar apoyando”, dijo Daniela Díaz, hija de Juan.
Recuerda cómo el apodo de “Hooligans” nació casi de manera casual. “Yo no estuve en el momento que pusieron el sobrenombre, pero me sé un poco la historia, pues como en ese entonces el grupo de aficionados eran muy desastrosos y borrachos, algún aficionado les dijo ´ya llegaron los Hooligans´, como el equipo de Inglaterra, y desde ahí se les quedó, es lo que yo sé”, comenta Juan.
Actualmente, la comunidad de los Hooligans incrementó a 80 aficionados, pues partido tras partido, muchos juarenses se preguntan cómo podían ser parte de esta comunidad, cabe destacar que no se pide ningún requisito, solamente que sean frecuentes en los partidos y tengan ese espíritu de emoción y pasión por el juego.
