La Casa del Migrante y su labor solidaria para ayudar a quienes buscan comenzar de nuevo
Actualmente la casa ofrece hospedaje a alrededor de 50 personas, brindándoles apoyo como techo, alimento, atención médica, vestimenta y apoyo espiritual para quien lo requiera
Fundada en el año de 1990, la Casa del Migrante de Ciudad Juárez continúa siendo un refugio de esperanza para cientos de personas que vienen a esta frontera con el objetivo de alcanzar el sueño americano.
Desde hace más de tres décadas, la casa del migrante ha abierto sus puertas a quienes llegan con miles de sueños y las manos vacías. Su historia comienzo en el año de 1990, gracias al obispo Don Manuel Talamas Camandari, quien tras un encuentro en Roma con los padres escalabrinianos, misioneros dedicados al acompañamiento de personas migrantes, decide fundar este espacio de acogida en respuesta a la creciente población deportada.
A lo largo de estos 35 años al servicio de la comunidad, la Casa del Migrante ha evolucionado junto a las necesidades de la frontera. Lo que comenzó como un albergue para personas en situación de movilidad, hoy se ha convertido en un refugio de paso para personas de diversas nacionalidades que buscan cruzar hacia Estados Unidos o simplemente encontrar un espacio seguro.
Actualmente la casa ofrece hospedaje a alrededor de 50 personas, brindándoles apoyo como techo, alimento, atención médica, vestimenta y apoyo espiritual para quien lo requiera. Este lugar recibe a familias completas, madres y padres solos con hijos, mujeres y hombres que viajan en solitario, siempre con hospitalidad y dignidad humana.
En sus inicios, la Casa podía albergar a más de 200 personas, pero ante la creciente llegada migratoria llegaron a hospedar hasta 600 personas, incluso usando su capilla como dormitorio temporal. Aunque el flujo ha cambiado, el espíritu de servicio y ayuda no ha cambiado.
Su misión se sostiene gracias al apoyo en conjunto de la comunidad, pues con la ayuda de asociaciones, fundaciones y colectivos contribuyen al mantenimiento de la Casa, desde la donación de alimentos y ropa hasta el apoyo económico y voluntariado, con estos aportes, hacen que la Casa del Migrante continúe como un espacio de esperanza.
“Toda persona que se encuentre en situación de movilidad tenga y cuente con un espacio al cual pueda llegar y encuentren paz y serenidad, un espacio donde haya seguridad para ellos. Buscamos generar este espacio y se re dignifiquen pero más esta personas que muchos de ellos sufren tanto al caminar encuentren su vida como sagrada”, comenta el Presbítero Francisco Bueno, Director de la Casa del Migrante para Juárez Digital.
