
Un solo ojo y todo el poder: la mente detrás del Jueves Negro
"El Neto" solo tenía un ojo, pero eso no le impidió construir un imperio criminal ni ordenar, desde la cárcel, una masacre de inocentes por toda la ciudad en un brutal intento por escapar de prisión
Han pasado tres años desde que Ernesto Alfredo Piñón de la Cruz, alias El Neto, convirtió Ciudad Juárez en un infierno. Aquella tarde del 11 de agosto de 2022, hombres armados con rifles y pistolas descendieron de vehículos, disparando a diestra y siniestra para matar o lesionar gente inocente al azar.
Los delincuentes también incendiaron vehículos y negocios, sin importar que había personas dentro. Fue una estrategia de terror, una serie de atentados diseñados para provocar pánico absoluto.
Parecía que se filmaba una película de terror, pero lo ocurrido ese día, fue real. En Ciudad Juárez, ese jueves fue bautizado para siempre como el Jueves Negro.

Las víctimas fueron seleccionadas así nomás: locutores, guardias de seguridad, empleados y clientes de tiendas de conveniencia, un motociclista sordomudo repartidor, un automovilista. Todos ellos, ciudadanos que perdieron la vida como si fueran capos del narco y que en realidad, eran padres, madres, hijos y trabajadores que salieron a ganarse el sustento y esperaban volver a casa.
La jornada más sangrienta
Ese jueves, al menos ocho personas fueron sacrificadas a balazos o mediante incendios provocados.
Antes, dos internos del Cereso estatal fueron asesinados, como preámbulo de lo que ocurriría en las calles. La cifra oficial de víctimas fatales de ese día cerró en diez.
Un onceavo fallecido quedó fuera de esa cuenta oficial, sin claridad sobre su relación con los atentados. Lo que sí fue un hecho es que también hubo varios lesionados, tanto dentro del penal como en la vía pública.

Juárez fue tomada por el terror. Se suspendió el transporte público, cerraron comercios y miles de personas se encerraron donde pudieron, presas del miedo.
Este 11 de agosto se cumplen tres años de aquel fatídico hecho sangriento que enlutó a una ciudad entera.
El poder desde la celda
¿Quién atacó a la gente inocente? En entrevistas, audiencias y documentos analizados, el personaje central del Jueves Negro es Ernesto Piñón de la Cruz, alias El Neto, un interno del Centro de Readaptación Social para Adultos que estaba sumamente empoderado tanto dentro como fuera del penal.
Desde su celda, operaba con comodidad, con recursos, armas y lealtades. Dirigía una estructura criminal compleja que le generaba ganancias enormes, sobre todo a partir del tráfico de migrantes, un fenómeno en auge en esta frontera. Para él, ese negocio era incluso más lucrativo que la venta de droga.
Buscando expandir su poder, El Neto se enfocó en el Valle de Juárez, territorio históricamente controlado por el Cártel de Sinaloa. Enviando a sus hombres de confianza, miembros de una célula subordinada llamada Pura Raza Mexicle (PRM), con la intención de apropiarse de esa zona. Pero la operación resultó un desastre; fueron capturados y asesinados, lo que enfureció profundamente a su líder.
La venganza empezó en el penal
Como represalia, el 11 de agosto de 2022, El Neto ordenó atacar a sus rivales de Los Chapos dentro del penal estatal número 3. Aquel motín fue el inicio del caos que poco después inundaría las calles.
La Recomendación 5S.1.055/2023 de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, emitida el 29 de diciembre de 2023, recoge parte de lo ocurrido. Uno de los testimonios reveló que un grupo armado llamado La Patrulla, conformado por custodios del penal, escoltó a los Mexicles hasta el módulo donde estaban los Chapos. Alrededor de 20 personas intentaron ingresar desde el módulo 2 al módulo 5, pero otros reclusos lo impidieron.

Entonces, el propio comandante de La Patrulla sacó un arma de fuego de su cangurera y se la entregó al líder de los Mexicles, descrito por su parche en el ojo.
El arma se encasquilló antes de que pudiera disparar. Según ese mismo testimonio, los Mexicles se retiraron protegidos por La Patrulla, que les permitió disparar al aire mientras huían para dispersar a los testigos del motín. Ese día, dentro del Cereso 3, murieron dos reos: Kevin Alan Campos Aguilera y Raúl Abraham Sepúlveda Olivas. Otros cuatro resultaron lesionados. Además, se desató un motín con quema de mobiliario y fuga de internos de sus celdas.
La orden desde el aire
La tensión creció. Las autoridades movilizaron a varias corporaciones: la Secretaría de Seguridad Pública Municipal, la Secretaría de Seguridad Pública Estatal, la Fiscalía de Distrito Zona Norte, la Guardia Nacional y el Ejército Mexicano. Era demasiado tarde.
Una de las cosas que detonó la furia de El Neto fue el sobrevuelo de un helicóptero sobre el penal. Ya había logrado frenar legalmente su traslado a otro centro penitenciario, y al ver el helicóptero, creyó que esa vez lo sacarían a la fuerza.
Pensando que sería movido vía aérea, activó su red criminal externa y dio la orden: incendiar, matar, destruir. Un ataque sin precedentes, que dejó en claro el poder que todavía conservaba, incluso tras las rejas.
El Neto murió meses después, en enero de 2023, en un operativo de las fuerzas estatales. Pero su muerte no borró el miedo ni reparó el daño. La ciudad, las familias, las víctimas, aún viven con las secuelas de ese jueves… negro.

PARA RECORDAR
- Desde el interior del Cereso estatal número 3, El Neto, ordenó una serie de ataques simultáneos en distintos puntos de Ciudad Juárez, el 11 de agosto de 2022.
- Hombres armados dispararon contra civiles y quemaron negocios y vehículos.
- En total, 10 personas fueron asesinadas: 2 dentro del penal y 8 en las calles, entre ellas locutores, empleados, un motociclista sordomudo y ciudadanos al azar.
- Ese día la ciudad entró en pánico. Se paralizó el transporte, los negocios bajaron las cortinas y la población se resguardó en sus hogares o sitios de trabajo.
- A tres años de distancia, la ciudad, las familias, las víctimas, aún viven con las secuelas deesa jornada sangrienta.

