
Javier: El artista que pinta realidades imposibles
Lápiz, carboncillo, óleo, acrílico y acuarela son solo algunas de las técnicas que domina, pero lo que distingue su obra es el proceso creativo en el que combina carboncillo, acrílico y óleo, dando como resultado piezas únicas que parecen abrir puertas a otros mundos
Desde niño, Javier Azaeta encontró en el arte un refugio y una forma de soñar. Entre lápices, carboncillos y pinceles descubrió un talento que, con el tiempo, se transformó en su pasión de vida. Hoy, como maestro jubilado, dedica sus días a la pintura, explorando mundos que solo existen en su imaginación.

Lápiz, carboncillo, óleo, acrílico y acuarela son solo algunas de las técnicas que domina, pero lo que distingue su obra es el proceso creativo en el que combina carboncillo, acrílico y óleo, dando como resultado piezas únicas que parecen abrir puertas a otros mundos.

Su talento lo ha llevado a exponer tanto en México como en Estados Unidos, en espacios culturales como el Museo de Arqueología e Historia de El Chamizal, la Academia Municipal de Arte, el Centro Municipal de Artes, además de la vecina ciudad de El Paso y San Elizario. Ademas, recientemente pintó una obra especial dedicada a su pueblo natal, San Francisco del Oro.

“Muchas veces no tiene uno la oportunidad de viajar con la frecuencia que quisiera; el arte te da esa posibilidad de imaginar, de trasladarte a otros lugares, incluso a otros mundos y realidades: explorar el subconsciente”, comparte Javier.
Esa imaginación se refleja en cada uno de sus lienzos, donde lo surreal lleva al espectador a la imaginación de Javier y los mundos que habitan en su mente.

