Antonio llegó a bolear los zapatos de Juan Gabriel

Por más de 30 años, Antonio ha dedicado su vida a una labor que para él, es más que un trabajo, sino un espacio donde él hace lo mejor que sabe hacer, que es el aseo y brillo de calzado

Antonio ha sido testigo del paso del tiempo entre las generaciones que lo han visto trabajar, primero en la Plaza Catedral por 20 años, y actualmente en la calle Juárez, donde ya tiene una década atendiendo a los clientes que lo buscan, pues confían en que dejará sus zapatos brillantes gracias a su trabajo y dedicación.

Con ayuda de señor Chavita, quien se ubicaba en la calle Callejón Carreño, inició en esta profesión a la edad de 6 años, aprendiéndolo hasta los 10 años, adquiriendo ese conocimiento, para luego ingresar a la escuela y pausarlo por un tiempo, hasta su adultez.

Entre una de sus grandes anécdotas destaca que tuvo la oportunidad de asear los zapatos del mismísimo Divo de Juárez, Juan Gabriel.

“Llegaba en la madrugada, después de un concierto, de alguna fiesta y llegaban con nosotros los boleros, pues amanecíamos hasta las 6 de la mañana, y en una ocasión llegaron él y sus amigos muy “alegres” a que les aseáramos sus zapatos, y eso era un honor, para alguien bolear al Divo de Juárez”.

A pesar de que las ventas han disminuido, Antonio no deja su profesión, pues es parte del sustento que lleva a su hogar, sin embargo, le gusta mucho en lo que trabaja.

“El trato con mucha gente me hace que mi mente esté siempre activa, siempre estoy pensando algo para poder complacer a la gente que viene aquí a hacerse su aseo en los pies”, asegura Antonio.

“Estoy muy agradecido con toda la clientela, porque yo tuve que trabajar en pandemia, y no había absolutamente nadie en las calles, pero había quienes venían y me traían poquito para poder pagar mi renta y mis necesidades, es por ello que estoy agradecido”, dijo Antonio para Juárez Digital.