Indígenas rarámuris construyeron su vivienda en un árbol.
Una pareja de la comunidad indígena Rarámuris, construyó su vivienda en un lugar muy particular, en los altos de un árbol ante la imposibilidad de adquirir una y ante la premura de la llegada de un bebé a su hogar.
Ella, de 15 años de edad y él, de 17, decidieron vivir juntos, y levantaron con materiales de deshecho como hule negro y madera, una pequeña casa en un árbol, donde vivieron varios meses soportando las inclemencias del tiempo.
Esta historia que parece de telenovela tuvo de escenario El Pinito, una comunidad del Municipio de Guadalupe y Calvo. Allí, contra viento y marea, decidieron jurarse amor eterno y esperar a su bebé.
Una vez que la pareja tuvo al bebé en brazos, el comité de vecinos se organizó junto con la Presidencia Municipal para construirles una vivienda en buenas condiciones que les permita criar a su hijo con mayor comodidad.
Al poco tiempo, la pareja de enamorados recibió las llaves de su casa, la cual, cuenta con todos los servicios y suficiente espacio. También recibieron enseres domésticos como cocina y calentón de leña. Asimismo, recibieron apoyo médico.
La comunidad también gestionó para que el joven padre comience a trabajar como empleado en un aserradero y de esta forma tener un ingreso que le permita criar a su hijo y sostener el hogar.
La historia del árbol, pasará como leyenda de amor en el anecdotario de la comunidad de El Pinito, para los años venideros.