Señalan a militares por tortura y homicidio en Ciudad Juárez
La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) determinó que hay evidencias suficientes para acreditar la responsabilidad de personal militar en la detención arbitraria, retención ilegal y actos de tortura en agravio de dos hombres y un menor de edad en Ciudad Juárez, en hechos ocurridos en febrero del 2009, durante el ‘Operativo Conjunto Chihuahua’.
Además, el organismo documentó que el menor también fue violado y uno de dos hombres, asesinado, así lo establece en la recomendación número 38 VG/2020 emitida este 15 de octubre, en la que se documentan las agresiones cometidas por 10 soldados, así como por un ministerio público militar y dos ministerios públicos civiles, uno federal y otro estatal.
De acuerdo con los testimonios recabados por la CNDH, el 26 de febrero de 2009, aproximadamente a las 22:00 horas, uno de los hombres y el menor se encontraba en un negocio de comida, al que habían llegado en un vehículo particular, cuando al lugar arribaron entre 45 y 50 elementos de la SEDENA, quienes los detuvieron y subieron a una unidad militar para trasladarlos al cuartel en la ciudad, donde fueron torturados para obtener información relacionada con un presunto secuestro de una regidora.
En su queja ante el organismo, el menor narra que al llegar al lugar donde los retuvieron le propinaron un puñetazo en el estómago y al caer de rodillas continuaron golpeándolo entre varias personas, que también le daban “patadas en la espalda, en las nalgas, en los testículos” y escuchó que al mismo tiempo golpeaban a su acompañante.
Después, dos personas lo jalaron de los brazos, lo hincaron y metieron su cabeza “a una cubeta de agua” unas 15 ocasiones, mientras le preguntaron “en dónde está la secuestrada, no te hagas pendejo, la Regidora”, a lo que contestaba “no sé de qué hablan”, relata la CNDH en la recomendación.
En el documento dirigido a la SEDENA, al Fiscalía general de la República (FGR) y la Fiscalía de Chihuahua, el organismo derechohumanista menciona que, con motivo de la tortura, el hombre detenido involucró a otro, por lo que militares se dirigieron a buscarlo. Al llegar al domicilio, ingresaron arbitrariamente y sacaron al señalado.
A los tres los mantuvieron bajo tortura y cuestionándoles sobre “dónde estaba la secuestrada, quiénes habíamos participado, qué cuál era nuestra función, que a qué otros actos nos dedicábamos”.
Después, el menor narra que escuchó a su acompañante agitado, “como si le costara trabajo respirar”, cerca de 5 minutos después el hombre “ya no habló” y uno de los militares dijo “este buey ya se murió”, por lo que se salieron del cuarto y pasando la puerta comenzaron a discutir diciendo “que se les había pasado la mano”. Posteriormente, agrega, que entró un militar y escuchó una detonación de arma de fuego.
Al transcurrir 10 minutos, aproximadamente, el menor logró quitarse el pasamontañas y se percató que el hombre a su lado “tenía el balazo en la frente… [y] …un poco de sangre que le escurría del lado derecho de su cara”, menciona la CNDH.