
Carlos Torres: El malabarista que desafía los semáforos de Juárez
Para Carlos, el malabarismo es mucho más que un trabajo; es su refugio
Carlos Torres, un joven juarense de 30 años, ha llevado su pasión por el malabarismo a otro nivel. Su espectáculo, único y arriesgado, se ha ganado la admiración de quienes transitan por las calles de la ciudad.

En los semáforos, los juarenses se detienen a contemplar a Carlos, quien no es un malabarista cualquiera. Su acto comienza cuando coloca una escalera en medio de la calle durante la luz roja. En cuestión de segundos, sube a la cima de la escalera, pero no se detiene ahí: agrega un cilindro y una tabla para equilibrarse, alcanzando alturas impresionantes. Una vez en lo más alto, realiza una serie de malabares mientras hace girar una pelota con una pluma sostenida en su boca, dejando al público boquiabierto.

Para Carlos, el malabarismo es mucho más que un trabajo; es su refugio, su escape de la realidad. “He dedicado gran parte de mi vida a este arte”, confiesa. Su talento lo ha llevado a recorrer varios estados de la república, pasando más de una década lejos de casa. Sin embargo, siempre encuentra consuelo en regresar al lugar que lo vio crecer.

Además de ser malabarista, Carlos es músico, y ese es otro de sus grandes sueños. “Me gusta lo que hago, pero si pudiera dedicarme únicamente a la música y vivir de ella, sería un sueño hecho realidad”, afirma.