
Un cambio en la educación de los hijos empieza por cuidar el cerebro de los padres
Invitan a la conferencia Emociones y estilos de disciplina, con el coach Alan Retano
Con la conferencia “Emociones y estilos de disciplina” el principal objetivo es que padres de familia se lleven una herramienta práctica que les permita aprender a modificar sus propios hábitos y a partir de ahí, saber cómo guiar a sus hijos.
El ponente, Alan Retano, con más de treinta años de experiencia en el área de desarrollo Humano, plantea que su propuesta dentro de la conferencia es hacer un ejercicio en el que en poco tiempo podamos analizar como nuestro proceso emocional influye en el estilo disciplinario que estamos usando.
Tomando como base principios de neuroeducación y neurobiología del comportamiento humano, Retano empieza por advertir que el principal órgano del cuerpo es el cerebro.
“Tienes que aprender a cuidarlo desde el principio de tu día, no tanto controlando lo que tomas o comes –que también es importante– sino lo que piensas”, señala.

El especialista nos recuerda que aunque el cerebro vive de oxígeno y de glucosa, hay que ver qué más le estamos metiendo en información que consumimos.
Entrevistado unos días antes de su ponencia, programada para este jueves 30 de enero en el teatro Gracia Pasquel de la UACJ a las 6:00 pm, el instructor lanza una pregunta como un reto.
**Cuando te levantas, ¿qué piensas en los primeros cinco minutos de tu día?
Hay personas que lo primero que hacen es ver su celular, revisar redes sociales, leer información que podrían ser fake news, y otros etcéteras.
De acuerdo con el coach, certificado por la ICF, cómo respondemos a los estímulos del exterior depende mucho de qué información dejamos entrar en nuestro cerebro.
En lugar de tomar un teléfono móvil a las 5:00 de la mañana, debemos aprender a conversar de otra manera con nosotros mismos y ser selectivos en cuanto qué es eso que le vamos a dar a nuestro cerebro en los primeros cinco minutos del día.

Puede ser una lectura, buena música o incluso un ejercicio de respiración, refiere.
Aplicando esta idea a la educación de los hijos, Retano puntualiza que si la formación de ellos depende de uno como padre, entonces es importante empezar a controlar lo que uno como padre va a tener en su cerebro.
“Si como papá, la formación de mis hijos depende de mí, empieza por preocuparte desde que te levantas, qué estás pensando, qué te hace sentir y qué impacto tiene”, señala.
Con este ejercicio –añade– puedo empezar a crear un hábito simple que no requiere más que mi constancia y la decisión de hacerlo.

Si al principio piensas que puede ser difícil, solo reflexiona todos los hábitos que has generado y que muchas veces no sabes ni dónde empezaron, agrega.
“Así como generaste un hábito que no sabes ni cómo llegó a ti, ahora intenta generar uno, consciente de lo que quieres que pase y pruébalo”, subraya.
Indica que cambiar un hábito no implica cambiar grandes cosas, sino pequeñas y aunque se avanza despacio, al final se pueden lograr grandes resultados.
En ese sentido, añade, al hablar de estilos de disciplina, lo importante es que no hay un estilo de disciplina malo, sino que el estilo de disciplina esté alineado con el resultado que se quiere obtener.
Por ejemplo, explica, le llamas la atención a tu hijo por lo que hizo, pero no te pones a pensar qué estaba sintiendo y pensando cuando lo hizo.

“Te enojas con tu hijo de 16 años por algo que hizo, pero no te detienes a reflexionar que él ha estado observándote desde que era pequeño y ha copiado tus patrones de conducta, no lo aprendió en la calle, lleva años observando tu proceso mental, tus creencias y tus temores”, apunta.
Con información de Carlos Omar Barranco