
Acequia contaminada es una amenaza para salud pública: Leticia Chavarría
La integrante del Comité Médico Ciudadano advierte que vecinos pueden desarrollar padecimientos gastrointestinales y hasta emocionales por exposición a drenaje
Vecinos de la Acequia Madre que fue contaminada con drenaje, enfrentan un alto riesgo de contraer enfermedades, tanto físicas como emocionales, lo que puede convertirse en un problema de salud pública, advirtió la médico Leticia Chavarría Villa, integrante del Comité Médico Ciudadano de Ciudad Juárez.
Las condiciones en que ahora está esa infraestructura, con aguas residuales que fueron vertidas por la Junta Municipal de Agua y Saneamiento (JMAS) en medio de la reposición del colector Norzagaray, representan un alto riesgo para la población, ya que puede adquirir padecimientos como difteria.

Al estar cerca de esa fuente de bacterias, el peligro es obviamente alto para que se desencadene sobre todo la presencia de enfermedades gastrointestinales, además de otro tipo si las personas tienen contacto directo con los desperdicios, tales como infecciones en la piel.
Lo que va a suceder si esta situación continúa, dijo, es que se va a generar fauna nociva, que seguramente ya debe haber, como roedores y moscas; en el verano, se va a registrar la aparición de mosquitos que pueden transmitir enfermedades serias a través de su picadura.
La médico explicó que los padecimientos gastrointestinales son diversos; por ejemplo, están los bacterianos como disentería, fiebre tifoidea, hepatitis A, cólera y todo tipo de infecciones que se pueden adquirir a través del consumo de alimentos o agua contaminada.
El daño también es emocional y sicológico
Los riesgos mayores se dan donde la Acequia está más cercana a la población, además de que existe otro tipo de afectación, la emocional.
“Aquí también el daño es sicológico para los vecinos, porque estar soportando estos olores pestilentes también les genera una preocupación, una incomodidad, la gente está con ansiedad o angustia, esos riesgos para la salud también son importantes y casi nunca se toman en cuenta”, consideró.
Aparte, añadió, estas aguas van a dar al Valle de Juárez, donde se utilizan para riego y van a contaminar los productos agrícolas que consume el humano, lo que provoca mucho riesgo de enfermedades.
Otro factor dañino es que el canal afectado está a cielo abierto, aparte de lo que ya llevan esas aguas, hay animales muertos en su lecho, que van a aumentar la contaminación, mientras que se desconoce qué metales pesados o sustancias químicas tóxicas puedan contener.
Hizo la observación de que todo ese coctel va a contaminar el manto freático porque el arroyo no está embovedado.
Chavarría Villa explicó que puede ocurrir una transmisión de bacterias de forma similar a cuando hay fecalismo de animales o de humanos al aire libre, la materia fecal se seca, así los polvos y partículas se dispersan por el aire, más en una región como esta donde se presentan ventarrones, eso va a contaminar los alimentos y el agua que se consume en las casas.
Dijo que si las personas llegan a tener contacto directo con la materia que se vertió en el canal, pueden desarrollar problemas de la piel por infecciones generadas por bacterias y hongos, así como conjuntivitis.
Es la JMAS la primera responsable
La primera autoridad responsable de esta problemática, señaló, es la JMAS porque fueron sus funcionarios quienes tomaron la decisión de desviar las aguas negras hacia la acequia Madre por los trabajos que están haciendo en colectores del norponiente desde el año pasado.
“La Junta de Aguas no solucionó nada al desviar el agua hacia la Acequia Madre porque se siguen vertiendo estas aguas negras hasta el río, eso ya lo comprobamos a través de un recorrido, hay seis compuertas por donde se vierte aguas negras hacia el río”, estipuló.
Hay versiones de que fue personal de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) quien decidió llevar a cabo esa acción, pero para la también activista ambiental, fue la JMAS la que en realidad tuvo esa iniciativa.
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) debe intervenir en problemas de contaminación ambiental a través de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), que es su descentralizada.
Semarnat y Profepa, obligadas a subsanar el daño
Ante estas instancias, se deben denunciar los daños ambientales y tienen que entrar en acción para solucionar las irregularidades; sin embargo, hasta ahora no se han tomado medidas, no hay sanciones ni han intervenido en conjunto para resolver la afectación ni del río, ni de la acequia.
Realmente es muy poco lo que pueden hacer los vecinos ante la problemática, solo que el conflicto se visualice, lo que comenzó a ocurrir porque habitantes de fraccionamientos de un nivel económico medio y alto, comenzaron a quejarse de forma pública.
En cambio, los habitantes del norponiente ya tienen 20 años con esta situación, con el drenaje tapado y aguas negras vertidas al río.
La integrante del Comité Médico Ciudadano, declaró que no hay alguna medida que esté al alcance de las personas para evitar los malos olores.
No podrán limpiar la Acequia
Lo que sí deben hacer, continuó, es mantener una higiene estricta en el manejo de alimentos, lavarse muy bien las manos, mientras que en verano tendrán que batallar con la fauna nociva, acciones más centradas en la cuestión individual de las personas y viviendas.
“Es muy complejo para los vecinos, ellos no pueden resolver el problema, pero el responsable en este caso son las autoridades que a lo mejor no tienen la vigilancia para estar pendientes de ciertas conductas, que la JMAS no le ha dado mantenimiento por años a esos colectores, a esos sistemas de drenaje, eso no es de ahorita”, indicó.
Desde su perspectiva, la JMAS no podrá limpiar la Acequia como ofreció hacerlo; aplicar cal, otra de las estrategias que se vislumbraron, es provocar una mayor contaminación al suelo porque acabaría con la flora, lo que sería fatal porque la vegetación que está a lo largo de la Acequia es importante y cumple con una función.
“No sé cómo la van a limpiar, tendrían que tener previsto algún mecanismo; en 2022, cuando les pedimos que pusieran medidas precautorias para impedir que el río se contaminara mientras ponían los colectores, no tuvieron la capacidad de hacerlo, nos dijeron que no había manera y que no podían hacerlo”, recordó.
A pesar de que grupos de la sociedad civil sugirieron a la JMAS algunas medidas alternas, como la instalación de una planta tratadora en esa área o que cada casa pudiera, de alguna manera, sanear las aguas negras, no hubo respuesta.
Llamó la atención el hecho de que la paraestatal cuenta con expertos, quienes podrían proponer alguna solución alterna mientras instalaban los colectores, pero no lo hicieron.
Lo que se les ocurrió fue desviar las aguas residuales a la Acequia Madre, lo que terminó por agravar el problema, ya que el río Bravo no está limpio y ahora contaminaron la acequia.
“Esa no es la solución, primero tenían que haber limpiado o evitado las descargas hacia el río, cosa que no se ha hecho… no solucionaron nada, complicaron el problema, lo expandieron más, a mayor cantidad de población… lo magnificaron nada más”, dijo con contundencia. (Por Martín Orquiz)