
El kiosko de la chaveña, un siglo de historia en Ciudad Juárez
Más que una simple construcción, el kiosko de La Chaveña es un reflejo del espíritu juarense, un espacio que ha sido testigo de la transformación de la ciudad
En el corazón de La Chaveña, uno de los barrios más emblemáticos de Ciudad Juárez, se encuentra un kiosko que ha sido testigo de más de un siglo de historia. Inaugurado el 18 de septiembre de 1910, este emblemático kiosko ha acompañado a generaciones de juarenses y resistido el paso del tiempo como un símbolo de identidad y tradición.

Originalmente, la estructura de hierro forjado con cubierta de madera y lámina metálica fue instalada cerca del Monumento a Benito Juárez, frente a la Escuela 29. La inauguración estuvo a cargo del gobernador suplente de Chihuahua, José María Sánchez Pareja, en un día en el que el entonces gobernador del estado, Alberto Terrazas, encabezaba la apertura del Hipódromo.
Años más tarde, en 1924, el kiosko fue trasladado al Parque de La Chaveña, ubicado frente a la Escuela Francisco I. Madero 290. Este cambio se realizó bajo la gestión del presidente municipal Pedro M. Fierro y por iniciativa del regidor de educación Baudelio Pérez Mucharraz, un gran impulsor del desarrollo del sector.

El kiosko, más que una estructura, ha sido un testigo silencioso de la transformación del barrio. Durante décadas, ha servido como escenario de reuniones comunitarias, eventos culturales y encuentros familiares. En sus alrededores, generaciones de juarenses han celebrado festividades, intercambiado historias y fortalecido el sentido de comunidad.

Actualmente, el kiosko se encuentra en la Plaza Jardín de La Chaveña, en la intersección de las calles Libertad y Juan Oñate. Su estructura, asentada sobre una base de mampostería, continúa siendo un punto de referencia y un testimonio de la evolución del barrio. Aunque ha sido restaurado a lo largo del tiempo, sigue conservando su esencia original, recordando a los visitantes la importancia de preservar el patrimonio histórico de la ciudad.
Más que una simple construcción, el kiosko de La Chaveña es un reflejo del espíritu juarense, un espacio que ha sido testigo de la transformación de la ciudad y que sigue en pie como parte del legado histórico de Ciudad Juárez.